Personas brillantes que han alcanzado muy altos puestos directivos en las empresas no deberían bajar la guardia hasta no haber resuelto el tema de su jubilación. Esos directivos son especialmente vulnerables a sufrir afectaciones negativas o sorpresas desagradables cuando llegue su jubilación o a partir de esa fecha.
Una de las principales razones es, que aunque su empresa sea una de las muy pocas afortunadas en México que cuentan con un plan de pensiones privado, seguramente dicho plan no fue diseñado pensando en los altos directivos, sino en los empleados en general. La mayoría de los planes de jubilación privados se enfocan en otorgar beneficios a los empleados promedio, con algunas variaciones de ingreso hacia arriba y hacia abajo, pero no suficientes para proteger a los directivos más altos.
Los responsables de RRHH se esmeran por comunicar su plan de pensiones y tratar de que las personas lo aprecien, dando el mensaje de que el plan los ayudará mucho para su retiro. Normalmente los altos directivos piensan que ellos también recibirán esa gran ayuda pero a veces se sorprenden negativamente cuando se dan cuenta de que el plan de jubilación no fue hecho pensando en ellos y en su nivel de ingreso. Lo peor es que esa sorpresa surge cuando ya se está acercando la fecha de su retiro.
Un plan de pensiones de una empresa en México, si lo tiene, por lo general otorga un beneficio equivalente a la Indemnización Legal, el cual alcanzará para reemplazar dos o tres años de ingreso, mientras que la jubilación durará 25, 30 o hasta 35 años.
Si el ejecutivo quisiera que su pago le rindiera para toda su vida futura, tendría que limitarse a vivir con el 12 a 15% de lo que ganaba y ajustarse a vivir con eso de por vida en caso de ser su única fuente de ingresos.
Cuando los altos directivos se dan cuenta de esto, la enfadada pregunta siempre es la misma:. Algunos líderes de RRHH tienen problemas para responder.
Aún los planes más competitivos, en su mayoría, no otorgan beneficios suficientes para los altos ejecutivos, porque estos planes normalmente asumen que la seguridad social reemplazará una buena parte del ingreso, lo que resulta cierto para una persona de nivel intermedio o bajo, pero no para un alto directivo.
Adicional a este problema, los altos ejecutivos por lo general están demasiado ocupados en sus responsabilidades corporativas y no se toman el tiempo suficiente para planear adecuadamente su jubilación, lo que invariablemente les generará problemas o riesgos de muchas otras índoles (fiscales, presupuestales, médicas, emocionales, ocupacionales, matrimoniales y hasta espirituales).
Por eso es que en Retirement Advising nos dedicamos a difundir un mensaje de altísima importancia: la jubilación de un alto ejecutivo puede ser una película de terror o una historia de júbilo. ¿La diferencia? El tiempo que dediquen a planear y el nivel de asesoría que reciban.
para evitar sorpresas negativas o incertidumbres. Le podemos dar la vuelta positivamente a esta situación.
Sobre el autor
Arturo Luna
Con 23 años de experiencia, ha ayudado a más de 200 ejecutivos a lograr una jubilación exitosa a través de una planeación adecuada.
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